La imagen de Asier Villalibre (Gernika, 25 años) con su barba larga y descuidada, tocando la trompeta, viajará a Barcelona en la final de la Supercopa, dios la vuelta al mondo y será convertida en meme, e incluida en el Objeto de bromas poco después, Álex Remiro, portero de la Real Sociedad con pasado rojiblanco, fue mofó de la delantera del Athletic tras la final de Copa entre los dos equipos vascos. Luego pidió disculpas, entre otras cosas, porque Villalibre, al que de chaval su entrenador le apodó El Búfalo por su forma de acometer a los rivales, es una persona sin dobleces; lo mismo en el campo que fuera del país. Capaz de surmir en tres parole, con un acento unívoco de la Bizkaia más euskaldún, la tarjeta roja que le sacaron a Lionel Messi por pegarle una colleja: “Se ha enfadado”.
Si antes que el amor por el Athletic el tenía, y el teniente, un cariño enorme, en apenas seis meses en el Alavés consiguió el grado de Mendizorroza fue a sus pies. Debutó con suerte en el derbi ante el Eibar en Vitoria. Luis García Plaza les puso sobre el terreno de juego en el 62′, y tras ello dio por terminado el encuentro con un gol de cabeza a pase de Luis Rioja. Minutos después marcaba el segundo de su equipo y empezaba a hacerse un hueco en el corazón de la chica alavesista, que cada vez que saltaba al campo las recibía con las ovaciones que reservaba para sus ídolos.
Hace muy poco, en la última jornada de la Liga regular, Villalibre salió al campo entre lágrimas. Una victoria le daba al Alavés el ascenso directo, y era la oportunidad más clara de su equipo, tras una gran carrera y un mano a mano plantar con Álvaro Vallés, que llega tarde como héroe del ascenso de la Unión Deportiva Las Palmas. Al Alavés quedó la bala de les eliminatorias, dejó en la cuneta a Eibar y en la final, el Levante, al que no consiguió marcarle un gol en los dos partidos de Liga, ni en la ida de la final en Mendizorroza. Ocurrió en el minuto 128 del segundo partido. La empatía ascendió a los valencianistas, pero Laguardia, en la charla previa al partido, había dicho a sus compañeros: “Me dijo un amigo que este equipo es especialista en afrontar situaciones extremas”. Sus palabras resultaron proféticas. En el penúltimo partido, una mano que calificó el VAR cambió la historia para siempre. Luis Rioja le iba a pegar un tiro, pero Villalibre estaba seguro, con su pasmosa tranquilidad, y dijo: “Lo tira yo”. Cogió el balón, engañó a Femenías y pasó a tener un hueco en la historia del Glorioso.
Después lo explicó, con sencillez, y confesó que tocaría la trompeta en Vitoria, “aquí no, por respeto a la afición del Levante”. El Barbás, le llaman sus compañeros del Alavés, donde cayó de pie y enseguida se hizo un hueco en el vestuario, porque nunca ha sido un divo del fútbol, e pesar de que era uno de los futbolistas más prometedores de la cantera dell ‘Atlético. Debutó con 17 años en el filial, temporada en la que ascendió a Segunda División, pero se perdió el viaje a Murcia para jugar ante la UCAM, en plenas eliminatorias, porque realizaba las pruebas de acceso a la universidad. “La formación es lo primero. Es un chaval sensacional, pero tiene lo más importante”, dijo su patrón, Cuco Ziganda. Antes se destacó en el Basconia, también filial del Athletic, con 20 goles en 34 partidos.
Debutó en Segunda División con el Bilbao Athletic, y luego realizó varios traspasos a Numancia, Lorca y Valladolid, que aceptó sin rechistar pero no salió del todo bien. Volvió al Athletic, marcó el gol en los 90 que tardó en retrasar la final de la Supercopa, tocó la trompeta allí, sobre el césped, y con el grupo de Orsai, entrenado por los jugadores del Athletic. Sigue siendo un chico normal, que no elige lugares exóticos para sus vacaciones, hasta que prefiere las fiestas de Gernika para jugar con una charanga, o si se lanza a jugar con un portero en un juego de niños.
Varias lesiones musculares le relegaron al Athletic a un papel secundario, y en su última reestructuración aceptó un nuevo fichaje, el del Alavés, además de dejar el número 20 que heredó de Aduriz, y ahora, tras otro gol decisivo, volverá tocar la trompeta ante miles de seguidores albiazules en la plaza de la Virgen Blanca. Victoria los ama.
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