Vie. Feb 7th, 2025
Implicaciones políticas de los sobornos narcotraficantes en Honduras

Una investigación de un medio de comunicación ha colocado a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en una situación complicada. El martes, InSight Crime informó que en 2013, el cuñado de la presidenta, Carlos Zelaya, sostuvo una reunión con influyentes narcotraficantes que ofrecieron grandes sumas de dinero para apoyar la campaña de Castro, quien en ese momento era candidata por el Partido Libre, para alcanzar el poder en la nación centroamericana. Aunque Castro no logró la victoria en esa ocasión, eventualmente ganó las elecciones y asumió la presidencia de Honduras en 2022. Al tomar el cargo, se comprometió a combatir el narcotráfico y la corrupción, con el objetivo de reconstruir lo que describió como una “tragedia nacional”. La mandataria reaccionó a la revelación este martes por la noche, a través de la televisión, condenando “cualquier negociación entre narcotraficantes y políticos” y denunciando un posible complot para “derribar su Gobierno”.

Carlos Zelaya es hermano del exmandatario hondureño Manuel Zelaya, quien fue derrocado y sacado del poder mediante un golpe de Estado, detenido por el Ejército y posteriormente exiliado a Costa Rica en 2009. El reporte de InSight Crime detalla que Carlos Zelaya se reunió con “algunos de los más destacados narcotraficantes de Honduras”. Según el artículo, existe un video de 34 minutos capturado con una cámara espía oculta en el reloj de uno de los narcotraficantes, que presenta “imágenes y audio lo suficientemente nítidos” que “muestran a los traficantes rememorando aportes pasados, supuestamente dirigidos al expresidente Mel Zelaya, marido de Castro, hermano de Carlos y fundador del Partido Libre”. Posteriormente, prosigue el reporte, “determinan cuánto van a contribuir colectivamente a Mel, un monto corroborado con Zelaya al llegar él, antes de decidir la forma y momento de la entrega del dinero. Carlos también pacta con los narcotraficantes el alquiler de hasta 10 vehículos para que el partido los utilizara durante su campaña”.

Carlos Zelaya es hermano del expresidente hondureño Manuel Zelaya, quien fue depuesto del poder por un golpe de Estado, detenido por el Ejército y expulsado a Costa Rica en 2009. La investigación de InSight Crime narra que Carlos Zelaya se reunió con “algunos de los más grandes narcotraficantes de Honduras”. Según el reportaje, un video de 34 minutos grabado desde una cámara espía escondida en el reloj de uno de los narcotraficantes, revela “imágenes y audio lo suficientemente claros” que “muestran a los traficantes recordando contribuciones pasadas, presuntamente pagadas al expresidente Mel Zelaya, esposo de Castro, hermano de Carlos, y fundador del Partido Libre”. Luego, continúa la investigación, “deciden cuánto van a darle entre todos a Mel, un monto que confirman con Zelaya cuando este llega, antes de decidir cómo y cuándo entregar el dinero. Carlos también negocia con los traficantes el alquiler de hasta 10 vehículos para que el partido los usara durante la campaña”.

El cuñado de la presidenta admitió que viajó hasta San Pedro Sula, ciudad industrial localizada al norte del país, invitado por un “grupo de empresarios” y habló con los traficantes, según InSight Crime. “No es claro qué fue lo que llevó a la confesión de Zelaya, pero la sorprendente admisión llegó poco después de que InSight Crime hablara con una persona que estuvo en la reunión. Aun así, Zelaya, que también anunció su renuncia al Congreso, afirmó que solo conocía a una de las personas en la reunión. Además, negó haber recibido dinero de los narcotraficantes”, informa el medio en su reportaje.

Castro asumió el liderazgo de un país sumido en la violencia, dominado por peligrosas pandillas que controlan extensas zonas y colaboran estrechamente con grupos de narcotráfico. La presidenta había prometido implementar «medidas drásticas» para combatir la violencia que desangra a su nación y el verano pasado anunció una ofensiva conjunta entre la policía y el ejército contra las pandillas, similar a las estrictas acciones implementadas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en su lucha contra estas organizaciones delictivas, acciones que han sido fuertemente criticadas por entidades de derechos humanos. En mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió al Gobierno sobre el estado de excepción: “La seguridad no puede estar en manos del Ejército”.

La respuesta de la presidenta ocurre en un contexto de relaciones tensas con Estados Unidos, después de una serie de declaraciones de la embajadora estadounidense en Tegucigalpa, Laura Dogu, quien calificó de «narcotraficantes» al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández, y al exministro de Defensa José Manuel Zelaya, hijo de Carlos Zelaya y sobrino de la presidenta, quien renunció la semana pasada debido a los supuestos vínculos de su padre con narcotraficantes. La presidenta Castro ha intensificado las tensiones con Washington al decidir cancelar el miércoles pasado el tratado de extradición bilateral que existía con EE. UU.

La reacción de la presidenta se da en medio de relaciones tensas con Estados Unidos, tras una serie de comentarios de la embajadora de ese país en Tegucigalpa, Laura Dogu, quien acusó de “narcotraficantes” al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández, y al exministro de Defensa José Manuel Zelaya, hijo de Carlos Zelaya y sobrino de la presidenta, quien dimitió la semana pasada por los supuestos lazos de su padre con narcotraficantes. La presidenta Castro ha tensado más la cuerda con Washington tras decidir terminar el pasado miércoles con el tratado de extradición bilateral que mantenía con EE UU.

El video, según relatan los periodistas en el reportaje, inicia con varios individuos dialogando en la sala de una opulenta mansión. «Fue grabado en noviembre de 2013. En ese periodo, Devis y Javier Rivera eran los líderes de Los Cachiros, el grupo de narcotraficantes más famoso del país, pero lidiaban con una ofensiva sin precedentes de las fuerzas de seguridad, tanto a nivel nacional como internacional. Recientemente, Honduras había aprobado una reforma constitucional que permitió la extradición de sus ciudadanos por cargos relacionados con el narcotráfico».

El video, cuentan los periodistas en el reportaje, comienza con varios hombres conversando en la sala de una lujosa mansión. “Fue grabado en noviembre de 2013. En ese momento, Devis y Javier Rivera lideraban Los Cachiros, el más infame grupo de narcotraficantes del país, pero enfrentaban una ofensiva sin precedente de las fuerzas de seguridad en casa y en el extranjero. Hacía poco que Honduras había aprobado una reforma constitucional que allanó el camino para que sus ciudadanos fueran extraditados por acusaciones de narcotráfico”.

Así explican los periodistas cómo consiguieron la filmación: “En septiembre de 2013, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó a los Cachiros, y poco tiempo después, Honduras incautó millones de dólares en presuntas propiedades del grupo. Previendo una futura acusación por parte de Estados Unidos, y buscando poder negociar un posible acuerdo de cooperación con los fiscales norteamericanos, los hermanos Rivera comenzaron a grabar sus reuniones con narcos y políticos a través de cámaras espía”. InSight Crime recibió una copia del video en el que aparece Carlos Zelaya de una fuente “que pidió permanecer en el anonimato” y confirmó su autenticidad con otras fuentes que conocían ese documento. El video muestra que el familiar de los Zelaya pudo haber recibido más de medio millón de dólares de los narcotraficantes, a pesar de que él lo ha negado. “Toda la ayuda que le vamos a dar va para Mel… el compromiso con nosotros es Mel”, afirma uno de los narcos.