Dom. Abr 28th, 2024

El Viernes Santo parece un día propicio para escribir acerca de la muerte. Habría muchas maneras de abordar el asunto desde una columna de televisión como la que me ocupa, incluidos los recientes decesos (figurados) de algunos cargos de nuestra televisión pública. Pero voy a ceñirme a una variante más amable de la muerte, si es que alguna lo es: la de los personajes de ficción.

Hace unos días se cumplieron 10 años de Dramatics, your honor, el capítulo de The Good Wife que nos sorprendió a todos sus espectadores con el asesinato, en pleno juicio, de Will Gardner, abogado fundador del bufete en el que trabajaba Alicia Florrick y su interés romántico. Josh Charles, el actor que lo interpretaba, quería abandonar el barco y a los King, creadores de la serie, les pareció que la única manera lógica de sacarlo de la ecuación era matarlo. La ficción, el único lugar donde un guionista puede cometer un asesinato sin responsabilidades penales. Ahora los implicados han relatado el devenir de acontecimientos en un artículo para Vulture, donde citan Mujeres al borde de un ataque de nervios como referente para el estado anímico de Alicia después de esta pérdida.

Desde luego supuso un revulsivo para la serie, que recuperó audiencia y para muchos reflotó narrativamente. Para mí marcó el inicio del descarrilamiento de sus tramas horizontales, que solo recobraron sentido con la bofetada que Diane Lockhart le dio a Alicia en el último capítulo. En cualquier caso, los King siguieron demostrando su maestría hasta el final en los casos que protagonizaban cada episodio, la clave de cualquier procedimental. Y dónde quedará Will a estas alturas, después de haber visto seis temporadas de The Good Fight y estar a punto de asistir al estreno de Elsbeth, segundo spin-off de The Good Wife que podremos ver en Movistar Plus+ a partir del 23 de abril.

La de Adriana en Los Soprano, la de Omar en The Wire, la de Charlie en Perdidos, la de Rita en Dexter, la de Billy en Ally McBeal, la de Mark Greene en Urgencias, la de Derek (y tantas otras) en Anatomía de Grey, la de Nate Fisher en A dos metros bajo tierra, la de Tara en Buffy cazavampiros, la boda roja… Será por muertes devastadoras en series. En ficción, como en La Pasión, los creadores también pueden jugar a ser dios, pero a diferencia de en la vida, los ateos siempre podemos esperar una resurrección.

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