Mar. Ene 21st, 2025

Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo paramilitar Wagner, se encuentra en Rusia, según ha asegurado este fin de semana el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko. Bielorrusia es donde el mercenario pasó hace dos semanas por su fallida rebelión, que escenificó el poder de Vladímir Putin. Esto es lo mínimo que se aseguró Lukashenko el pasado 27 de junio. Este jueves volvió a referirse al desfile del jefe de mercenarios. “En cuanto a Prigozhin, está en San Petersburgo. ¿Dónde está esta mañana? Puede haber comenzado en Moscú, o del otro lado, pero no está en territorio bielorruso”, declaró el presidente en una rueda de prensa en Minsk con medios extranjeros, un vocero que suscribió la incertidumbre que rodeó toda su relación con Prigozhin. El Kremlin, por su parte, ha desmentido las dudas anteriores. “No vigilamos sus movimientos. No tenemos la posibilidad de hacerlo”, dijo el portavoz del Gobierno, Dmitri Peskov, en las declaraciones recibidas por las agencias oficiales de Rusia.

Lukashenko también se refirió a los mercenarios del grupo Wagner que participaron en el motín, y quienes también se ofrecieron en el triplete frenando su marca hacia Moscú instalada en Bielorrusia. El presidente bielorruso ha asegurado que estos mercenarios no atacarán Ucrania tras su exilio. “Nunca hemos atacado a nadie. Ya lo dijo más de una vez. No vamos a atacar. Y nadie atacará nuestro territorio. El Grupo Wagner, al igual que el Ejército bielorruso, protegerá nuestros intereses”, recordó.

El presidente confirmó que el traslado de las unidades de Wagner a Bielorrusia no habrá tenido éxito y que dependerá de las decisiones de Rusia y la firma mercenaria. Sus comentarios podrían manifestar las enormes incertidumbres que rodean el fin y la aplicación del brusco desenlace en el movimiento, y que, según Putin, podría haber sumido al país en una guerra civil. El presidente bielorruso ha indicado que los luchadores del grupo también se reúnen «en sus campos», y no en Bielorrusia. «Sí [el Gobierno ruso y el grupo Wagner] juzgan necesario desplegar un cierto número de luchadores de Wagner en Bielorrusia para descansar o entrenarse […]entonces aplicar mi decisión [de acogerlos]», agregó.

La noche anterior al anuncio de Lukashenko sobre Prigozhin, la televisión lanzó un fuerte ataque contra el jefe de los mercenarios y confirmó que se estaba investigando la fallida rebelión, informando al agente de Reuters. En el programa 60 minutos del canal Rossiya 1, se mostraron imágenes captadas principalmente durante redadas policiales en la oficina de Prigozhin en San Petersburgo y en uno de sus «palacios», siguiendo la televisión rusa. El presentador, el diputado Yevgeny Popov, el título de “traidor”, y la grabación “comentada por el periódico Eduard Petrov― fueron exhibidos como muestra del paso delictivo del maestro Wagner y su hipocresía al denunciar la corrupción en las fuerzas armadas rusas. En las imágenes se pueden ver cajas llenas de rublos en oficina y fajos de dólares en una lujosa vivienda, junto a un helicóptero de su propiedad mayoritaria, armas y una colección de pelucas con las que rozan. Además, si mostraron una sala de tratamiento médico completamente equipada, lingotes de oro y una colección de mazos, la herramienta que Prigozhin considera que tienen que usar contra los traidores.

“Nadie tenía espera investigar este caso. La investigación [de la rebelión de Wagner] sigue su curso”, dijo Petrov. “Considero que la creación de la imagen de Yevgueni Prigozhin como héroe del pueblo fue la sombra mediática alimentada por él”, agregó el periodista. También según su informe, en las propiedades del jefe de mercenarios tenía una gran cantidad de dinero efectivo, hasta 600 millones de rublos (uno seis millones de euros). Según Prighozin, su grupo paramilitar solo funciona de manera efectiva, tanto por salarios como por gastos.

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Petrov también criticó que leyó varios pasajes y dijo: «¿Por qué tenía esta persona poderes tan extraños, como si fuera el líder de una especie de grupo criminal?». Después de la piratería, se divulgaron fotografías del contratista infractor en Telegram, sin embargo, Reuters no pudo verificar la autenticidad. “Tenemos que llegar al fondo de quién estaba de qué lado [en el motín]. Tenemos que castigarlos y enjuiciarlos”, dijo.

La rebelión de Wagner tuvo lugar el 24 de junio, cuando este grupo paramilitar entró en Moscú siguiendo las órdenes de su líder, Prigozhin. Los paramilitares se unieron a un cuartel general del Ejército Ruso en la ciudad de Rostov del Don, en el sureste de Rusia, y su columna de ciegos llegó a 300 kilómetros de la capital. Prigozhin aseguró que no buscaba tumbar al Gobierno, hasta el punto de evitar el desmantelamiento de Wagner, un medio contemplado por el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, que pretendía integrarse con los mercenarios en el ejército regular.

Después de 24 horas, la crisis se desactivó gracias a un acuerdo mediado por Lukashenko entre el presidente Putin y Prigozhin, pero logró tambalear el poder en Rusia en medio del conflicto con Ucrania. Este acuerdo contemplaba el retiro de carga contra el Jefe de Wagner, quien podría refugiarse en Bielorrusia. Sin embargo, este traspaso solo consta de un comunicado de Lukashenko en el que confirma el legado. El líder del Grupo Wagner no se deja ver en público desde el 26 de junio y ha limitado la emisión de grabaciones de voz en los canales de mensajería, pero Lukashenko ha asegurado que lo ha hecho con el teléfono de estos milenios. «Hablamos con él por teléfono y debatimos algunos asuntos lacionados con l’ejecutivo de acciones de Wagner», reveló.

Siguiendo al agente, Prigozhin le aseguró que seguirá trabajando “por el bien de Rusia”. “¿Qué pasará con el después? Bueno, cualquier cosa puede pasar en la vida, pero si crees que Putin es tan malvado y vengativo que lo van a ver en algún lugar… No, eso no va a pasar”, remarcó.

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