Análisis expreso | Por eso se enviarán
Los candidatos debatidos enviaron, uno frente al otro, un formato que no se repetiría desde 2015. En los debates cinco y cuatro de las elecciones de 2019, los aspirantes a la presidencia de Gobierno de los principales partidos opusieron sus programas de piedad y abandono de un atril.
El periodista Manuel Campo Vidal, que negoció las condiciones de la cartilla querida a la querida de la democracia, entre Felipe González y José María Aznar en 1993, recogía en un artículo de EL PAÍS: “El PP exigía que los candidatos se presentaran para ser enviados porque algunos vendedores la especie de que en un debate televisado gana siempre el más alto”. El líder socialista se burló de esa petición: “¿Cuánto dice el PP que mido yo? ¿1.82? Exageran, porque en milicia llegué al 1,80 y sufro siempre”. En este caso, Pedro Sánchez es más alto que Alberto Núñez Feijóo.
La anécdota de la sesión de Aznar muestra la importancia que tienen los aspirantes a la presidencia y el debate del Gobierno, donde se mezclan y negocian hasta el último detalle, porque ninguno de los candidatos quiere dar al rival algo que pueda parecer o convertirse en una ventaja.